miércoles, 28 de noviembre de 2012

La Vanguardia

Primeros pasos hacia la libertad en todo su esplendor

    El periódico nacionalista catalán desde sus orígenes -1881- ha defendido la independencia de Cataluña. Y eso es algo que de la que se deja constancia en sus páginas. Sin embargo, y a pesar de editarse en Barcelona y estar considerados como liberales, sus informaciones siempre han sido a nivel nacional, sin centrarse únicamente en sus cercanías.
     A pesar de la coyuntura económica por la que pasa el país español en la actualidad, nuestros antepasados no lo pasaron mejor. Y eso era algo que a este periódico le preocupaba sobremanera. Y es que en 1976 los ciudadanos españoles empezaban a salir de un franquismo para dar un giro radical a sus vidas y empezar a sembrarse un camino hacia la libertad. Un viaje hacia la democracia. Es por eso que los Reyes de España tenían una gran importancia en todos los medios de comunicación. Sin ningún tipo de excepción, los nuevos borbones siempre salían victoriosos en todas las páginas de La Vanguardia y es que las primeras páginas y las portadas siempre era de ellos, con una gran imagen.  

   

    Sin embargo, este proceso no fue nada fácil, según relata el diario La Vanguardia Española. Fueron épocas malas. Los trabajadores, al igual que lo que ocurre hoy en día, pedían sus derechos y abogaban por una calidad de vida mejor. Las huelgas, las manifestaciones y los sucesos violentos empezaron a apropiarse los pueblos y ciudades de España, algo que hasta entonces, bajo la dictadura de Franco, no había ocurrido. Empezó por lo tanto, una situación de desorden que, poco a poco, se convirtió en el pan de cada día. 








                  
   A pesar de empezar a darle importancia, este diario aún no se sumergía al cien por cien en los sucesos. Su importancia abarcaba más el tema de los reyes y su buena labora para el estado. Es por ello que estas noticias siempre salían en las páginas finales del diario catalán y con tan solo una columna para su disposición, dos en el mejor de los casos.      

La gran tragedia abofetea a Vitoria

Su único gran dia de protagonismo en la Vanguadia Española:  Hoy en día basta con poner la televisión para ver y comprobar que la crisis y la situación financiera sacuden con fuerza las familias y hogares nacionales.
El pasado 14 de noviembre –con la segunda huelga general convocada este año - cerca de
200 manifestantes  fueron detenidos para actuar así en contra de sus pensamientos y su libertad de expresión. El Gobierno vuelve a demostrar, una vez más, que ante ellos es difícil ganar. Tienen el poder. En los próximos meses se augura una nueva legislación que prohíba que los manifestantes y los ciudadanos que estén en contra de la reforma laboral puedan actuar  en contra de la misma. Su baza para ocuparse de que esto se cumpla en todo su esplendor es crear un nuevo decreto ley en contra de las huelgas generales para no volver a paralizar todo un estado frente a las inversiones internacionales.

Sin embargo, no es la primera vez que utilizan su fuerza, mando y poder ante los manifestantes. El 4 de marzo de 1976 todas las televisiones y todos los periódicos hablaban de lo mismo. No importó si el diario en concreto era de ámbito nacional o local. Las portadas de Diario 16, La Gaceta del Norte, ABC, El Correo, La Vanguardia, El Liberal…se cubrieron con la desalentadora noticia que anunciaba la muerte de  cinco vascos en la provincia de Álava a consecuencia de los disparos de la policía. Otras cien personas resultaros heridas de gravedad siendo trasladados al hospital más cercano.

     Concretamente el diario La Vanguardia Española no quiso ser el único que no trató el tema y un día después de la masacre, la página cuatro de este diario explicó lo ocurrido bajo el titular “Graves disturbios en Vitoria”. Sin embargo, y a pesar de la envergadura de lo sucedido, cabe mencionar que este n oticiero no hizo demasiada extensión a lo que resultó ser una noticia muy sensacional. La Vanguardia Española se centró más en dar la voz a Manuel Fraga, el que por aquel entonces ocupaba el cargo de Ministro responsable de las Fuerzas del Orden. Así, un día después del suceso Fraga ocupa la portada de esta publicación, donde el titular anuncia que, “Fraga Iribarne llega a Born en Visita oficial”. Dentro de esta edición, en la página 3 y 4 se detalla cómo y por qué  ocurrieron los hechos. Las explicaciones no pierden ni un solo detalle.
Para hacer la lectura menos pesada al lector, los periodistas usaron bastantes ladillos con el fin de poder hacer una especificación más profunda. Bajo el ladillo de “Calles taponadas” se puede observar como la policía no resultó mal parada en este artículo. “Las fuerzas del orden estuvieron toda la mañana recorriendo distintos sectores de la ciudad con el fin de disolver a los manifestantes. En algunos puntos los policías fueron increpados verbalmente, después de ser taponadas las calles con coches, tractores, bloques de cemento y piedras”, interpretan en este periódico. Está claro que las manifestaciones no eran de su gusto, o al menos, eso quería dejar constancia cada línea de sus escritos. “Eran las diez de la mañana cuando saltó hacia el centro de la capital otra manifestación, esta vez de mujeres”, comentan en el ladillo titulado “manifestación de mujeres".


El 5 de marzo, dos días después de la muerte de los cinco vascos, este gacetillero abrió sus páginas con el “drama de Vitoria”. En la portada se podían ver las imágenes de lo sucedido con gran ímpetu. Fue debajo de las imágenes donde los periodistas de este medio dejaron constancia de sus pensamientos y a pesar de que consideraron el suceso como “lamentable”, no dudaron en echar la culpa a los manifestantes, sin posicionarse en ningún momento en las razones que les llevo a realizar aquellas trágicas huelgas. De esta forma expresaron su opinión: Los agitadores alzaron barricadas utilizando automóviles, farolas, árboles y materiales de obras con el claro propósito de desbaratar el orden y provocar enfrentamientos que habían de ocasionar un elevado número de víctimas.
El repudio de la opinión española ante tales disturbios es prácticamente unánime”  , señalaron. En la página interior, también portada, un poco más de lo mismo, pero esta vez sin imágenes. “Sigue la atmosfera de tensión en Vitoria”, anunciaron. En este artículo ya no hacían mención de lo courrido sino de la propia evolución de ciertas víctimas entre las que destacaron la de un policía. “Se teme que quede ciego el policía afectado por una carga explosiva”, “Ayer falleció Romualdo Barroso, de 19 años, uno de los heridos del día anterior”. Después de esta noticia a tres columnas, hablaron de la situación de huelga en general en la que se encontraba en resto de España.
Después de esta edición, la cobertura de la carga policial en la provincia vasca no se extendió demasiado. En su difusión del día 7 de marzo se puede leer que el Ministro de la Gobernación junto con Martín Villa visitó a los hospitalizados y se reunieron con las primeras autoridades de la capital alavesa para poner orden, paz y justicia. El 8 de marzo la portada de La Vanguardia anunció la entrevista del “señor” Fraga con el obispo y en sus páginas interiores, concretamente en la 6 y la 7, este periódico catalán hizo una doble con la situación de las provincias vascas. En la primera página de esa doble hablaron de la capital alavesa bajo la tranquilidad de “la calma ha vuelto a vitoria”. De esta forma se intentaba olvidar el primer fracaso hacia el camino de la democracia ya que estos sucesos fueron un acto de terror. Sin embargo, según fuentes del mismo medio, donde parecía no reinar esa tranquilidad era en la provincia de Bizkaia. Un muerto en Basauri en el balance de las manifestaciones, anunciaban. En consecuencia, el Gobierno Civil pedía a la población que se abstuviesen a participar en la jornada de huelga general.


El olvido para unos y el recuerdo para otros

10 de marzo. Miércoles. “La huelga de Vitoria, prácticamente finalizada”. Esto y poco más. Este fue uno de los últimos días en los que este diario mencionaba lo sucedido. Poco a poco hicieron que los nacionalistas españoles se olvidaran de lo ocurrido en la capital alavesa. No querían provocar más miedo en el camino hacia la Transición. Tres columnas en un cuarto de página fueron suficientes para ir borrando esta historia de las líneas y mentes de los españoles.
Sin embargo, los vascos no pudieron olvidar algo como aquello. No perdonarían tan fácilmente la muerte de las cinco víctimas de aquel devastador final.  A pesar de volver poco a poco a la normalidad, muchas de las huelgas y paros no cesaron. Y al final obtuvieron, en parte, su recompensa: consiguieron aumentos de salarios y reducciones laborales, entre otras cosas. Además, consiguieron más descanso semanal, pasando de uno a dos días de descanso. Al final aquellas muertes no fueron en vano. Aquellas lágrimas derramadas y aquella sangre inocente no fueron inoperantes. De una mala manera. Con un trágico final. Pero consiguieron parte de lo que buscaban y de lo que tanto necesitaban.
    El tratamiento que le dio La Vanguardia Española no fue, para nada, a favor de los trabajadores que eran, curiosamente, los lectores de esta gacetilla. Pero eso les dio igual. Ellos estuvieron en todo momento a favor de la policía y del Gobierno. Sin embargo, el pueblo vasco luchó por sus derechos hasta conseguirlo. Manda el que puede y obedece el que quiere.       
 EUNATE FERNÁNDEZ




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